Con quién hablar (y cuándo)

Cómo navegar el apoyo sin perder energía o caer en callejones sin salida.

¿Lo más difícil del abuso digital? Saber quién podría ayudar de verdad y quién perderá tu tiempo, te gaslighteará o dirá “solo borra Facebook”.

La buena noticia: algunos entienden el daño digital. La mala: no son a quienes te derivan primero.

Esta guía enumera aliados potenciales —y cómo acercarte sin ceder poder o exponerte a más riesgos.

Especialistas en seguridad digital (cuando hay malware)

Por qué: Detectan spyware, stalkerware y otras amenazas ocultas. Trabajan en organizaciones contra violencia de género, derechos digitales o ciberseguridad.

Cuándo:

  • Si tu dispositivo actúa raro (batería drenada, cambios en ajustes, accesos inexplicables)
  • Si encuentras apps/herramientas desconocidas
  • Antes de un reinicio digital para preservar pruebas

Preguntar:

  • “¿Pueden revisar mi dispositivo en busca de herramientas de vigilancia?”
  • “¿Cómo asegurar cuentas sin alertar a nadie?”

No asumir: Que siempre entienden trauma. Algunos son magos técnicos, no navegantes emocionales. Combina su consejo con apoyo centrado en sobrevivientes.

Organizaciones contra violencia doméstica (apoyo integral)

Por qué: Entienden patrones de control. Cada vez más reconocen el abuso tecnológico.

Cuándo:

  • Si aún estás en la situación y necesitas planificación de seguridad
  • Si hay escalada digital tras irte
  • Si necesitas ayuda coordinada (legal, vivienda, psicológica)

Preguntar:

  • “¿Tienen personal formado en abuso tecnológico?”
  • “¿Pueden ayudarme a un plan de seguridad que incluya lo digital?”

No preocuparse: Por compartir todo de entrada. Muchas permiten hablar anónimamente o con pseudónimo.

Clínicas legales & defensores de privacidad (pruebas manipuladas)

Por qué: No solo te vigilan — te incriminan. Si hay mensajes falsos, capturas adulteradas o amenazas legales, necesitas expertos.

Cuándo:

  • En procesos judiciales (custodia, vivienda, difamación)
  • Si el agresor presenta denuncias o quejas contra ti
  • Si pruebas fueron manipuladas, borradas o falsificadas

Preguntar:

  • “¿Pueden ayudar a preservar o impugnar pruebas digitales?”
  • “¿Alguien puede explicar el abuso digital a un juez?”

No borrar nada — aunque parezca perjudicial. Pregunta cómo archivar seguro y validar tu versión.

Personas técnicas de confianza: qué preguntar (y qué no)

Por qué: Ayudan a revisar dispositivos, reinstalar sistemas o desenredar la nube. Pueden no entender el contexto de abuso, pero sí la tecnología.

Cuándo:

  • Para configurar un dispositivo limpio
  • Para aislar copias de seguridad o datos en la nube
  • Para verificar conexiones entre cuentas

Preguntar:

  • “¿Puedes limpiar este dispositivo y ver qué tiene instalado?”
  • “¿Qué se sincroniza entre estos dispositivos/cuentas?”

No asumir: Que entienden tácticas de abusadores. Sus soluciones podrían empeorarlo (ej. alertar al agresor). Da contexto solo si es seguro — y cuestiona lo que no te convenza.

Límites de policía y tribunales — expectativas realistas

Por qué importa: Las autoridades pueden ayudar o empeorarlo. Expectativas claras evitan decepciones.

Qué pueden hacer (a veces):

  • Emitir órdenes de restricción
  • Investigar suplantación o amenazas digitales (si están bien documentadas)
  • Trabajar con pruebas digitales — si se las presentas claramente

Qué suelen NO hacer:

  • Entender stalkerware, metadatos o abuso mediante sincronización en la nube
  • Ver el control coercitivo digital como abuso “real”
  • Priorizar tu caso sin daño físico inmediato

Estrategias mejores:

  • Llevar copias físicas de pruebas (capturas, registros, cronologías)
  • Usar lenguaje sencillo: “Usó esta app para rastrearme tras pedirle que no”
  • Incluir abogados/as o defensores digitales para explicar la tecnología

Una nota

No tienes que hacerlo sola. Pero decides en quién confiar y cuándo.

Empieza con un círculo pequeño — una o dos personas que te crean, entiendan lo suficiente y no empeoren las cosas.
Desde ahí, expande. Con seguridad. Estrategia. En tus términos.

Sigue: Qué revisar primero →